Sobre mi

Desde niño, la naturaleza ha ejercido una potente atracción sobre mí, bien sea por nuestra natural condición animal o por esas joyas documentales con las que un señor llamado Félix Rodríguez de la Fuente, nos obsequió durante esa época de finales de los 70 y 80 en la que se desarrolló mi niñez. Aún era un chaval cuando llegó a casa la primera réflex, que por supuesto nadie me dejó tocar en ese momento. Luego, conforme yo crecía y la cámara envejecía, se empezó a confiarme tan valiosa reliquia familiar, una Yashica manual comprada en Tenerife, que se convirtió en compañera de aventuras.



La primera vez que fotografié un animal en estado salvaje, lo capté con mi buen amigo Juanjo y fue con una cámara compacta de las que regalaban como publicidad de los huevos kinder. Todavía recuerdo ese petirrojo que se nos posó sobre un cazo en la puerta de algo parecido a una tienda de campaña y que a nosotros nos funcionó como el mejor de los hides.



Primero fueron los negativos, empezamos a cambiar el color por el blanco y negro que revelábamos en un improvisado cuarto oscuro,  después las diapositivas con el fin de captar el mayor detalle de la naturaleza y ahora el digital con la inclusión cada vez mas patente del video en las réflex dslr. Siempre aprendiendo algo en cada disparo y siempre enamorado del mundo que nos rodea, desde aquel mágico momento en que un confiado petirrojo se nos posó delante la cámara.